domingo, 26 de mayo de 2013

Educación superior en Chile, o cómo saturar una carrera

Chile está viviendo un boom en educación, y no precisamente para mejor. Gracias a las políticas de los 80, la cantidad de profesionales que tiene el país es mayor a los que realmente se necesitan en algunas profesiones, sin que exista un sistema de regulación y fiscalización.
Soy kinesiólogo, y si bien, tengo trabajo estable, la situación de mi carrera se está volviendo crítica.
El problema radica en la gran cantidad de colegas que egresan año a año y que terminan por saturar la profesión. Esto por la creación indiscriminada de la carrera de kinesiología en diversos planteles de educación superior privados, los cuales, carecen de algún criterio técnico para implementar la carrera, y muchas veces la calidad en la entrega de contenidos es deficiente.
No pongo en duda la calidad de todas las universidades privadas, muchas ofrecen un proyecto serio de formación, y muchos colegas que estimo, tanto por su calidad humana, como por su desempeño en la profesión, han salido de sus aulas. Pero aceptar a más de 100 alumnos en primer año me parece un despropósito. Sin contar además que muchas veces aceptan alumnos de muy bajo puntaje en las pruebas de selección universitaria, que si bien no es el mejor sistema de medición, nos sirve como un indicador en ciertos puntos, porque sacar 400 puntos no es porque alguien se pone nervioso al momento de rendir la prueba.
Otro punto cuestionable de estos planteles, es el hecho que crean poco debate. En teoría, las universidades son puntos de encuentro, en donde convergen diversos pensamientos, opiniones, formas de ver la vida, las que al ser compartidas, generan un intercambio de ideas que enriquecen el desarrollo del alumno, no sólo como profesional, sino que como ciudadano participativo de los diversos procesos que vive el país. Y lamentablemente salen al mercado laboral personas con poco sentido crítico frente a la sociedad y sus problemáticas.
La docencia es también un factor importante en la situación de muchas profesiones. Últimamente, a la labor docente en las universidades

no se le está tratando con el respeto que se merece.
En todo ámbito del saber humano, el profesor es una persona que está dedicada en un 100% en la entrega de contenidos y en la formación del futuro profesional, y para ello ha dedicado tiempo en la preparación de clases y en la adquisición de nuevos conocimientos para entregar a sus alumnos, y lamentablemente, en muchos de estos planteles "ACME", contratan a jóvenes recién titulados, que por necesitar el dinero (todo al final se trata del maldito dinero) aceptan hacer clases, que al final es repetir lo que aprendieron en la universidad (y todos sabemos que no es el 100% de lo aprendido en ese tema) por lo que muchas veces, los nuevos alumnos reciben información incompleta.
Si analizamos los centros de alumnos de los planteles de educación privados, en su mayoría son agrupaciones dedicadas a la organización de fiestas y actividades deportivas. Por suerte, gracias a las distintas manifestaciones estudiantiles, de a poco están ingresando al debate, dando puntos de vista y participando de forma más activa.
Hay muchos factores involucrados en la precaria situación actual de nuestra profesión, el más importante a mi parecer es el modelo imperante, creado en los 80, y avalado tácitamente por los gobiernos de concertación, provocando una nula regulación de estas instituciones.
Si revisamos las primeras universidades privadas en Chile, los dueños pertenecen a los civiles que formaban parte en la cúpula de la dictadura, por lo que crearon leyes a su medida. Posteriormente ingresó al negocio la concertación, por lo que al final, y gracias al sistema binominal (del que hablaré más adelante) existen dos conglomerados políticos que se reparten el poder y las ganancias del negocio de la educación.
El siguiente punto debe ser visto a modo de crítica constructiva, y refleja el sentir de muchos colegas, y eso es el rol pasivo que ha tenido el colegio de kinesiólogos en el tema.
Cuando estalló el tema del lucro, me sorprendió gratamente los comunicados, insertos en los periódicos y otros avisos realizados por los colegios de otras profesiones, en los que advertían a los futuros estudiantes de los peligros que implicaba no informarse al momento de escoger el plantel de educación superior al que ingresarán. Y en ese punto faltó ver un comunicado del colegio de kinesiólogos. Ya que desde la visión de muchos, hay más preocupación en monopolizar cursos que en buscar la dignidad de la profesión.
Finalmente, y no menos importante, es la responsabilidad de los propios alumnos al no informarse bien de las diversas alternativas que existen, y los factores que hay que tener en cuenta al escoger carrera y plantel.
Ojalá algún día recuperemos la dignidad de nuestra hermosa profesión.

Si se dan cuenta, muchos puntos, pueden ser extrapolados a otras profesiones.

1 comentario:

  1. Hablas con la verdad, pero el tener conocimiento de la verdad, no nos hace libres y sobre todo cuando hay intereses de quienes nos gobiernan en salud y educacion los cuales quieren que esto siga sucediendo para aumentar la demanda de trabajo a un costo minimo de salario, es a mi gusto la nueva esclavitud y profesional.

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